Este año ha sido de lo más especial. Tras meses de confinamiento pudimos escapar con nuestros pequeños samurais a disfrutar del aire libre y entrenar. Y justo cuando parecia que estaba todo bajo control, rebrotes. Cambiamos el plan, nos dejamos de surf y pueblos y nos quedamos en el monte, entre nosotros. 

Fue espectacular ver como los acampados lidiaron con la situacion que les rodeaba sin dejar de ser responsables y sin dejar de pasarlo bien.

Muchas a todos por vuestra confianza, apoyo y cariño!